Yo soy tú cuando me miras,
me piensas, si es que lo haces;
cuando me dices que soy tú, pero menos inteligente o civilizado.
Tú eres yo cuando me tocas y ves que mis reacciones no son del todo tú,
sino más bien algo más, eso que quizás haga que tu yo y mi tú…
se difuminen hasta hacer un nosotros.
Un nosotros lleno de besos a otros, no a esos a los que deberían de ser,
pues tú y yo ya no sabemos si somos lo que deseamos,
o lo que nos permitimos ser.
Yo, tú y nosotros, ahora que lo pienso,
en realidad cuando lo pensamos, no existe,
pues él y tú, ustedes;
son lamentablemente la realidad.
Una circunstancia donde yo, tú ¿él?, quizás hasta nosotros tres,
somos y nos pertenecemos,
pues lo raro en el asunto, es que yo soy él,
ya que ella… igual a tú,
prefiere al yo que para mí es el otro.
El otro, ese que está seguro del amor bipartido de ella,
de esa que juega con lo establecido, convirtiendo al pronombre,
al espacio y al tiempo en cuestión de relatividad.
Total
¿Quién soy yo?
¿Quién eres tú?
pero lo más importante al final
¿Quién realmente encarna como él en esta historia?